Adoquín y calzada portuguesa
Es una piedra de forma cuadrada o rectangular con distintos acabados en superficies y cantos, según el uso o la estética buscada: natural, cizallado, serrado, flameado o abujardado. Pueden ser, por tanto, de formato irregular o mecanizados en proceso de corte, siendo así más rústicos o elaborados, según el requerimiento de obra. Siempre, esos sí, dotados de altos valores de resistencia en solados (compresión, flexión, heladicidad o deslizamiento).
Normalmente utilizado como pavimento urbano, creando calzadas tales como calles, áreas peatonales, aceras con tráfico de vehículos o de alto tránsito peatonal, como plazas y similares, por su gran resistencia. El tipo de uso de este pavimento: peatonal, paso de vehículos (ligeros y/o pesados), intemperie (hielo), etc…, condiciona el espesor y el modo de colocación de los adoquines (sobre lecho de arena o pegados sobre una solera de hormigón). Como suelen ser de un formato pequeño o cúbico permiten un gran juego de diseños en los pavimentos adoquinados: en espiga, en hileras, en abanico, en formas circulares o con anchos fijos y largos variables; creando motivos decorativos con piedras de distintos colores.
También formando empedrados, como los realizados con la típica calzada portuguesa, un tipo de colocación surgida en Portugal en el siglo XIX. Se realiza con pequeños prismas irregulares o adoquines de caliza cizallada, sobre una cama de mortero en seco donde se asientan. Se pueden encontrar numerosos ejemplos de solados de grandes plazas y pavimentos peatonales en calzada portuguesa, ya centenarios, en toda el área de influencia lusa. Se pueden encontrar varios colores, con los que se pueden forman decorativos mosaicos. La calzada portuguesa es una tendencia actual que se ha extendido desde la vecina Portugal a toda España.
Gracias al conocimiento acumulado desde nuestros equipos de colocación, podemos aconsejarles la solución en adoquín de piedra natural para su proyecto constructivo.